Hablar de prevención de la obesidad es hacerlo de hábitos de vida 
saludables, de actividad física, de dieta equilibrada... pero a la hora 
de la verdad, y a pesar de ser conceptos tan importantes para nuestra 
salud, sabemos muy poco acerca de lo que significan estos términos, de 
cómo ponerlos en práctica y, sobre todo, de cómo implantarlos en nuestra
 vida en función de nuestras necesidades, nuestros gustos y, sobre todo,
 de nuestro ritmo y circunstancias cotidianas.
Pero, ¿qué es lo que nos impide alcanzar llevar una vida sana? 
¿Por qué algo tan básico nos es tan difícil de cumplir? ¿Por qué es tan 
importante que los más pequeños aprendan todo esto desde la edad 
escolar?
Innumerables investigaciones científicas revelan que la población 
general tiene escasos conocimientos de nutrición y dietética, que no 
entiende el etiquetado de los alimentos, que tampoco se tiene claro qué 
es sobrepeso y obesidad y cuándo hay que actuar sobre ello. Por 
añadidura, tampoco la huida del sedentarismo es un objetivo prioritario 
en la mayoría de la población; ni siquiera entre los más jóvenes.
 
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